miércoles, 25 de noviembre de 2009

visita real

Las visitas virtuales me habían facilitado el viaje. Fue todo muy rápido: llegar a la sierra, volver al llano, visitar el pueblo, recorrer algunas calles y localizar algunos puntos ya vistos en la red. Fue rápido y fácil.
Las calles comienzan a sudar el verano. La luz empieza a parecerse a la de los cuadros de los que tanto pueden enorgullecerse estos paisanos. La luz y las calles hablan del carácter de esta gente con la que no nos cruzamos, porque a esta hora en que nosotros paseamos hacen la siesta en sus casas, cerradas las puertas y bajadas las persianas.
Sí que nos cruzamos con los nuevos habitantes: una pareja que acaba de alquilar el primer piso de un edificio muy bonito y presume de ello ante nosotros, un par de marroquíes que atraviesan la plaza, un paisano en bicicleta, otro entrando en una cafetería, unos rumanos sentados en una esquina a la sombra...
... los chinos tampoco han cerrado sus negocios y entramos, y compramos. Después salimos de allí con una buena sensación.

domingo, 22 de noviembre de 2009

de vuelta

El camino me devuelve a esta tierra. Me avisa primero y preparo una visita de reconocimiento porque esta vez llega hasta el Campo de Montiel y la Sierra de Alcaraz: hay que atravesar la Mancha y el mar de viñas para subir en altura y notar una nueva presión, otra temperatura, otro acento.
Me acompañan en este viaje, pero no es Él. No importa, o no le doy importancia en ese momento, no se la he dado nunca, pero no sé si tengo que darle importancia. Aquel día no hubiera podido ser, pero cualquier otro...
Descubro que el trayecto será largo, pero entretenido; me gusta el paisaje, el llano de vid y cereal interminable que deja ver distancias hasta de veinte kilómetros sin estorbos, carreteras trazadas con tiralíneas, rectas interminables de asfalto por recorrer, paisajes interminables, infinitos como el mar...
He contemplado antes de viajar distintas posibilidades. Viajo también para determinar dónde instalarme definitivamente por fin. O quizás sólo para confirmar una decisión previa al viaje. Sea como sea visito el que será mi lugar de trabajo y el que puede ser mi lugar de residencia: dos sitios distintos, no puede ser de otra manera, no estaría cómodo, no sería fácil si fueran el mismo.
El viaje, la visita, el día... pasan divertidos, resultan fructíferos, son útiles para tomar mis decisiones durante los días siguientes, las semanas que vienen... queda poco tiempo para el verano y tengo que decidirme en esas fechas. Me he propuesto solucionar mis primeras metas en ese verano y pienso que no lo voy a hacer, pero lo intento.
Este viaje, la primera toma de contacto, es el primer paso.