viernes, 30 de noviembre de 2007

contrastes

Aquí los caminos son largos, rectilíneos, sin curvas apenas pero con cambios de rasante acusados a veces, que esta la Mancha no es tan llana como creen los de fuera. Y esos caminos son los que hay que recorrer un rato siempre que se quiere hacer algo. Es lo mismo que hay que hacer en todos sitios, pero aquí el paisaje cambia: el tráfico y los rascacielos no existen, ni las calles comerciales, ni peatones atravesando pasos de cebra. Las distancias son las mismas pero cambia el paisaje y la compañía: en último término tardo lo mismo en hacer un trayecto en Madrid o en cualquier ciudad que en llegar de un pueblo a otro en esta tierra, pero aquí sólo me encuentro zurrapapos, malvecinos, torbones, aleagas, voladores... en definitiva, lo que he venido llamando "aquello que sale rodando en las pelis del oeste".
Más de uno puebla las cunetas de las carreteras por aquí y alguno se cruza en tu camino hacia cualquier sitio: para salir a tomar una copa a un nuevo local que no parece de estos lares, para ir a cenar a algún restaurante como el de la otra noche, o incluso andando hacia el teatro donde celebran el festival de cortos del pueblo.
Esta tierra es de contrastes.

viernes, 23 de noviembre de 2007

frimario

Las últimas heladas han desconectado a las hojas de las ramas como a mi de la crónica. Pero aquí encuentro un huequito para llegar antes de que las hojas vuelvan a las ramas. Bastante antes.
La escarcha de las mañanas permanece helada mucho rato, hasta casi el mediodía y ralentiza las acciones de los hombres de esta tierra: algunas viñas siguen tal cual quedaron tras la vendimia aunque las hojas se han ido cayendo después de cambiar el color mil veces mientras esperan ser limpiadas y podadas como ya lo fueron muchas; otros hombres esperan el momento de conectarse para recordar y relatar lo que ven, esperan el ánimo de ponerse en acción para lo que les viene encima antes de la que parece.
De todos modos, la tierra no está muerta: abren locales de jazz, celebran jornadas de cine solidario, convocan manifestaciones de apoyo... y, si hace falta, escapa de ella.

sábado, 10 de noviembre de 2007

de la vid al olivo

Atravesar de nuevo la Mancha hacia otra ruta esta vez, hacia sus límites con la vega del Tajo, donde extensos olivares se presentan ya sobre una manta limpia de tierra rojiza alisada por las máquinas y oxigenada a la vez para ofrecer su mejor cara y la de sus frutos dentro de pocas semanas, es salir de nuevo de esta tierra pero observando como no es la tierra anodina, aburrida y monótona que muchos encuentran cuando vienen con los ojos cegados por la suya.
Atrás se quedan limpiando también las viñas, podándolas algunos -los más tempraneros- y otros dejándolas hasta que las hojas terminen de ofrecer toda su variedad de colores hasta el hastío. Atrás les quedan a ellos -los que tuvieron la suerte de que su cosecha siuiera adelante- las tareas que les ocuparon hasta octubre, y que, terminadas ya, les dejan dedicarse al olivo o descansar hasta que estén listas para desfollonar.

martes, 6 de noviembre de 2007

puente de los santos

Estos días se han dedicado aquí, como en otros sitios, a comprar flores para agasajar a los que murieron y ya no están, a caminar a los cementerios con premura -cada vez antes, si puede ser- para que la lápida del familiar esté limpia y floreada de las primeras, y se viven escenas como la que recreó magistralmente Almodóvar en su última película. Esto es así aquí como en otros sitios porque veo la misma escena repetida a unos cuantos kilómetros, en mi pueblo, junto a la lápida de mi padre.
En casa, una vela encendida ha recordado estos días de manera luminosa la ausencia, y así en otras casas.
Al día siguiente, el verdadero día de difuntos según la tradición, me marcho al ambiente de la capital, a cenar en un nuevo restaurante que no es lo que me decían, a ver una obra de teatro que supera lo comentado, a bailar hasta altas horas de la madrugada, a beber a pesar de las dietas...
Y a la vuelta los manchegos están preparando ya los olivares para las próximas faenas de recogida del fruto: limpiando el suelo de malas hierbas para extender las redes, cavando alrededor de los olivos en algunos casos y, en otros, limpiando a base de química. En otros sitios, comienzan a podar las viñas más secas, aunque la mayoría esperan a que caigan las hojas que han ido cambiando de color al paso de los días: verdes, pajizos, rojizos, tostados... hasta desaparecer. Pronto el campo ofrecera otra estampa cuando la niebla deje verla.