lunes, 13 de diciembre de 2010

pasear con Él

Pasear con Él es convencerlo de que hay que madrugar para aprovechar bien el tiempo. Y así, se puede recorrer la calle Alcalá hasta Sol, y luego la Plaza de San Martín, para poder ver un poquito de los Jardines Impresionistas de la baronesa, esta vez en la Fundación Caja de Madrid. Y continuar después hasta el Palacio Real para ver como interpretaban los rostros, las posturas, las composiciones... los artistas aquí y allende los mares en La pintura de los Reinos.
Lo demás es caminar entre miles de transeuntes, de coches, entre las distintas calles de Madrid en un domingo cualquiera, escuchando músicos en la calle y mirando los escaparates navideños, o el Belén del alcalde de Madrid en el recién remozado y flamante ayuntamiento.

jueves, 9 de diciembre de 2010

un talaverano en Avenida Q

Perder un día de clase por la nevada y perder la mañana inmerso en la misma nevada hasta salir de ella cuatro horas después. Llegar a casa a pasar el fin de semana y esperar a que llegue el lunes para la segunda parte de un largo puente. Y acudir al teatro de nuevo.
Avenida Q es una vuelta a la tele de hace años, al Barrio Sésamo, a las series de televisión americanas que se ponían en nuestra tele todas las tardes con personajes que nos iban mostrando otra cultura y otras costumbres, y volver a la farsa de los personajes de trapo.
Avenida Q es también llegar a la edad adulta, ver lo que esa tele ha dado como resultado, y darse cuenta de quiénes somos y dónde estamos después de aquella tele.
Pero Avenida Q es un grandísimo espectáculo musical, de teatro de marionetas y de teatro del bueno, dirigido por Yllana, que ya es suficiente..., no, sobresaliente. Es un musical de los que te llevan a otros paisajes, pero sobre todo de los que te muestran unas voces que no se encuentran en las tiendas de discos ni en las listas de éxitos hasta que el musical se convierte en un hito musical que trasciende las tablas de los teatros. Avenida Q se merece quedar en las tablas mucho tiempo y saltar de las tablas al mismo tiempo.
En Avenida Q brillan estrellas de la tele que nunca imaginamos que saldrían de la pantalla y que ya han pasado por el cine de Almodóvar, los musicales de la Gran Vía, y han llegado aquí sin hacer ruido, pero dejando un buenísimo sabor de boca. Así lo hace Leo Rivera, desdoblándose como otros compañeros suyos en dos personajes, desdoblando sus voces, y en el caso de Leo formando un tandem perfecto con su compañera desplazándose sobre la misma tabla del escenario y acariciando los mismos trapos del mismo personaje. Así lo hace el talaverano, sí, de mi tierra y me deja boquiabierto durante dos horas y media de grandísimo espectáculo.
Avenida Q es lo mejor que he visto en un teatro en mucho tiempo, y Leo Rivera es la mejor sorpresa que se puede ver sobre las tablas de un teatro.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sánchez y Durand

Del rojo burlesque del cabaret en terciopelo ambientando el Teatro Compac como en el pasado, pasando por el ázul-ocuro-casi-negro hasta los azules, platas y dorados que transportan al futuro de la electrónica, Marta Sánchez disfrutó y nos hizo disfrutar la noche del viernes en Madrid. Dos horas de espectáculo de los grandes, tremendamente divertido y supervisual, como Supernova. Después la cena en la Gloria de Montera, con ensalada, albóndigas de atún para mi y brochetas de solomillo para Él, y los postres: torrija con helado de vainilla y bizcocho de naranja con chocolate. Las copas en L&L y a casa a dormir.
El sábado de compras: primero el Mercado de Ventas, que hay que comer; tras la siesta, calle Alcalá y Goya arriba en busca de ropa interior, unas camisas, algún libro.
El domingo un paseo hasta la Fundación Juan March para ver los paisajes de Asher B. Durand, recorrido pedagógico como suelen hacer en la fundación por la obra del grabador de los primeros dolares, presentes en la exposición, con curiosidades sobre ellos y sobre los detallados paisajes llenos de árboles y rocas de este autor norteamericano.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sisante

Las distancias no son tan grandes como para pensar en la pereza de salir y llegar a cualquier sitio; la gente tiene costumbre de pasear y siempre hay alguien por la calle a cualquier hora; como todo es practicamente nuevo, a cada paso puedes encontrar una sorpresa que seguramente a los de aqui les resulte demasiado cotidiana y aburrida.
Otra tarde de paseo y la Posada de los Portales ofrece una nueva exposición, esta vez en la primera planta, mejor planteada que la de la semana pasada en la planta de arriba, y con más criterio pictórico por parte del autor a la hora de seleccionar la obra que expone y a la hora de ordenarla al espectador para su presentación. Vuelve a ser un pintor de la tierra, pintor de la Manchuela, Daniel Moratalla "Sisante" presenta el paisaje de esta tierra como a cualquiera le gustaría presentarlo, aunque yo preferiría que solo presentara el paisaje tan magistralemente como lo hace, sin recurrir al cuerpo desnudo, mala elección para la cara del tríptico de la exposición y distracción innecesaria para la mirada del paisaje manchego que pinta Sisante.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Posada de los Portales

La Posada de los Portales es uno de esos sitios que recuerda el pasado y apunta a un valioso presente con vistas al futuro, ofreciendo una visión más amplia de un pueblo. Increiblemente para un pueblo como este, la actividad de este sitio refleja un magnífico estado de salud que se manifiesta en contínuas exposiciones -sobre todo, pero entre otras cosas- de pintores locales y de otras localidades cercanas y no tanto, que nos permiten estar cerca de otras miradas.
Además, el pueblo invita al paseo tranquilo y la visita sosegada de estos lugares -pues no es el único sitio que propone estas ofertas- para terminar con un par de vinos, sin comerlo ni beberlo. Como ayer, sin ir mas lejos. Y pronto otra exposicion en el mismo sitio.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Reina Sofía y La ratonera

Disfrutar de un largo paseo por las calles del pueblo mientras anochece, tomar un café para averiguar cuánto cuesta una acuarela de un pintor de la tierra, volver al Vinos y tapas, donde comiera hace unas semanas una perdiz escabechada buenísima, esta vez para tomar un par de raciones y unos vinos bien acompañado.
Salir de viaje al día siguiente hacia Madrid para llegar a tiempo a la representación de La ratonera, en un Teatro Reina Victoria demasiado incómodo para una representación de dos horas como esta, a la que además le sobran muchos minutos en la primera parte. Y cenar a las doce y media de la noche en el único sitio donde se puede comer algo a esa hora en Madrid.
Recorrer la ciudad durante el sábado de un lado a otro buscando algunos regalos para la familia, descubrir alguna oferta irresistible y compartirla con Él y llegar a comer a las tres y media eligiendo entre un cocido completo o unas raciones de comida casera: al final, una de huevos rotos con ibérico y patatas, una de oreja y una de morcilla de burgos con dos copas de vino en El Abuelo, de rancio abolengo, como las buenas familias. Por la tarde, otro largo paseo y un café con un pastel en Mallorca, pastelería de las de lujo, de las de Familia Real incluso, pero con menos calidad que muchas otras pastelerías de menos postín -lo dice un experto goloso-.
El final es una cena ligera en casa y quedarse dormido en el sofá.
El domingo: chocolate con picatostes en casa y entre la fina lluvia hasta el Reina Sofía para ver el Guernica, parte de la colección permanente, una temporal sobre Val del Omar y otra de Hans-Peter Feldmann. La comida a su hora en el Bazaar: unas verduras a la plancha compartidas y dos platos de carne; el postre también se comparte: unos íssimos buenísimos de café y coco. Otro café en el BAires y a casa, que hay que hacer el viaje de vuelta.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Glorious y Kimbumbu

Ya hace algunos días, pero llega ahora a la neocrónica con ánimo de constituirse en hábito. La última salida de la rutina manchega tuvo como protagonistas a Glorious, la peor cantante del mundo, gran comedia con una Llum Barrera grande y estupenda y una dirección de las de Yllana como merecía el texto. La peor cantante del mundo estaba acompañada por otro escepcional cantante, músico y actor y por una actriz estupenda y muy cómica -en el mejor de los sentidos- que completaban el elenco.
A la salida, cena en Kimbumbu, restaurante de corte africano que perseguíamos hace tiempo y que gracias a unos amigos descubrimos al final. Original diseño, el trato bueno en la recepcion que nos permitio cenar a las doce y... pero menos bueno en el servicio -muy seco el camarero- aunque la cena lo compensó: muy rico todo.
El resto... tres copas en La Boite.