lunes, 24 de diciembre de 2007

nevoso

Han llegado ya las temperaturas bajas y por la mañana el paisaje liso y seco se tiñe de blanco con las heladas de la noche, como se han teñido de blanco también los capós de los coches, los tejados de las casas, las copas de los árboles desnudos. Y el paisaje blanco no es de nieve aunque puede llegar en cualquier momento, cuando este cambio climático permita el paso de nuevas nubes cargadas que el frío nuevo haga descargar en copos blancos que al contacto con el suelo seco, podado y limpio forme una capa blanca más espesa que la de las últimas mañanas.
El frío lo han combatido estos días las hogueras de Santa Lucía y las grasas que han resistido el calor de las hogueras un una noche de cohetes, de cantes y de risas como pocas en esta tierra que duerme todos los días desde bien temprano, salvo en esta fecha en la que el calor de la hoguera y de los vecinos invita a quedarse al raso a pesar del frío convencidos de que el calor de las hogueras lo permite.
Otros calman el frío desde el observatorio de la Hita contemplando el maravilloso espectáculo de luz que ofrece el cielo en noche de luna nueva y lo acompañan también con víveres y buen vino.
Y si aún queda hueco el frío se rinde a las reuniones de antiguos compañeros o de compañeros de hoy, al calor de las risas, de las conversaciones, del vino que ha dado la tierra, de buenos alimentos que han elaborado los de aquí y los que venimos.
Ha terminado uno y ha empezado este de las nieves, el que nos lleva a casa como al del anuncio y desde aquí... FELIZ NAVIDAD.

viernes, 30 de noviembre de 2007

contrastes

Aquí los caminos son largos, rectilíneos, sin curvas apenas pero con cambios de rasante acusados a veces, que esta la Mancha no es tan llana como creen los de fuera. Y esos caminos son los que hay que recorrer un rato siempre que se quiere hacer algo. Es lo mismo que hay que hacer en todos sitios, pero aquí el paisaje cambia: el tráfico y los rascacielos no existen, ni las calles comerciales, ni peatones atravesando pasos de cebra. Las distancias son las mismas pero cambia el paisaje y la compañía: en último término tardo lo mismo en hacer un trayecto en Madrid o en cualquier ciudad que en llegar de un pueblo a otro en esta tierra, pero aquí sólo me encuentro zurrapapos, malvecinos, torbones, aleagas, voladores... en definitiva, lo que he venido llamando "aquello que sale rodando en las pelis del oeste".
Más de uno puebla las cunetas de las carreteras por aquí y alguno se cruza en tu camino hacia cualquier sitio: para salir a tomar una copa a un nuevo local que no parece de estos lares, para ir a cenar a algún restaurante como el de la otra noche, o incluso andando hacia el teatro donde celebran el festival de cortos del pueblo.
Esta tierra es de contrastes.

viernes, 23 de noviembre de 2007

frimario

Las últimas heladas han desconectado a las hojas de las ramas como a mi de la crónica. Pero aquí encuentro un huequito para llegar antes de que las hojas vuelvan a las ramas. Bastante antes.
La escarcha de las mañanas permanece helada mucho rato, hasta casi el mediodía y ralentiza las acciones de los hombres de esta tierra: algunas viñas siguen tal cual quedaron tras la vendimia aunque las hojas se han ido cayendo después de cambiar el color mil veces mientras esperan ser limpiadas y podadas como ya lo fueron muchas; otros hombres esperan el momento de conectarse para recordar y relatar lo que ven, esperan el ánimo de ponerse en acción para lo que les viene encima antes de la que parece.
De todos modos, la tierra no está muerta: abren locales de jazz, celebran jornadas de cine solidario, convocan manifestaciones de apoyo... y, si hace falta, escapa de ella.

sábado, 10 de noviembre de 2007

de la vid al olivo

Atravesar de nuevo la Mancha hacia otra ruta esta vez, hacia sus límites con la vega del Tajo, donde extensos olivares se presentan ya sobre una manta limpia de tierra rojiza alisada por las máquinas y oxigenada a la vez para ofrecer su mejor cara y la de sus frutos dentro de pocas semanas, es salir de nuevo de esta tierra pero observando como no es la tierra anodina, aburrida y monótona que muchos encuentran cuando vienen con los ojos cegados por la suya.
Atrás se quedan limpiando también las viñas, podándolas algunos -los más tempraneros- y otros dejándolas hasta que las hojas terminen de ofrecer toda su variedad de colores hasta el hastío. Atrás les quedan a ellos -los que tuvieron la suerte de que su cosecha siuiera adelante- las tareas que les ocuparon hasta octubre, y que, terminadas ya, les dejan dedicarse al olivo o descansar hasta que estén listas para desfollonar.

martes, 6 de noviembre de 2007

puente de los santos

Estos días se han dedicado aquí, como en otros sitios, a comprar flores para agasajar a los que murieron y ya no están, a caminar a los cementerios con premura -cada vez antes, si puede ser- para que la lápida del familiar esté limpia y floreada de las primeras, y se viven escenas como la que recreó magistralmente Almodóvar en su última película. Esto es así aquí como en otros sitios porque veo la misma escena repetida a unos cuantos kilómetros, en mi pueblo, junto a la lápida de mi padre.
En casa, una vela encendida ha recordado estos días de manera luminosa la ausencia, y así en otras casas.
Al día siguiente, el verdadero día de difuntos según la tradición, me marcho al ambiente de la capital, a cenar en un nuevo restaurante que no es lo que me decían, a ver una obra de teatro que supera lo comentado, a bailar hasta altas horas de la madrugada, a beber a pesar de las dietas...
Y a la vuelta los manchegos están preparando ya los olivares para las próximas faenas de recogida del fruto: limpiando el suelo de malas hierbas para extender las redes, cavando alrededor de los olivos en algunos casos y, en otros, limpiando a base de química. En otros sitios, comienzan a podar las viñas más secas, aunque la mayoría esperan a que caigan las hojas que han ido cambiando de color al paso de los días: verdes, pajizos, rojizos, tostados... hasta desaparecer. Pronto el campo ofrecera otra estampa cuando la niebla deje verla.

domingo, 28 de octubre de 2007

los colores y los días

Se recogen estos días las alfombrillas malvas del azafrán y me acerco a la sombra de los doce molinos centenarios para ver el folclore del pueblo y el que importamos de otros puntos del país, desde donde llegan otras banderas, otros colores, que se reunen en torno a la bandera rojigualda sin que aquí se haga mención a la memoria histórica, ni a los bandos de la guerra, ni a la propiedad de la tela, ni de los colores, ni de los símbolos. Simplemente son símbolos, que representan a los que los llevan, sin más parafernalia.
Vienen danzantes y cantantes de Madrid -vestidos de goyescos-, de Santander -con bailes de estética ancestral en honor de una virgen, y a ritmo vertiginoso-, y de Almería. Todos ellos, junto a los del pueblo, hacen gala de buen hacer y de gusto por lo que son y lo que tienen. El colorido se suma al de la rosa del azafrán, que se ha recogido estos días, poco después de terminar con la vendimia.
Los colores van y vienen y son protagonistas de estos días tranquilos en la Mancha. Los colores se vuelven festivos después del trabajo de unos cuantos días que darán el sustento a algunas familias -ya pocas- dispuestas a seguir trabajando unos días más al cuidado y al calor que han de darle a las hebras para que enciendan más su color, su olor y su sabor.
Pero los colores se empañan un poco, se destiñen por los marrones de esta tierra que no se acostumbra a exportar lo que tiene, que no se atreve a venderlo como otras tierras, y que no valora lo que tiene en la medida que realmente vale. Para vender azafrán hace falta un frasquito pequeño como el que exigen las buenas esencias, y para vender la fiesta hay que envolverla en papeles y lazos, en otros colores que no sean marrones, y en sabores de esta tierra que alimenten los paladares de los que la visitan al olor de la Rosa del azafrán.

lunes, 22 de octubre de 2007

brumario

Se resiste a entrar como acostumbra y es que el tiempo no acompaña, las lluvias no han llegado y la humedad no es suficiente para que las nieblas se agarren al suelo como es costumbre en esta tierra, dificultando la visibilidad, creando en las mañanas una luz gris, opaca, fría... El frío sí que comienza a dar sus primeras voces en las mañanas, temprano, haciendo saltar las alarmas del coche a menos de 4 grados centígrados de temperatura.
La época da pocas opotunidades para el entretenimiento en esta tierra a pesar de que el gremio empieza a reunirse, a socializar para conocerse. Pero sólo a ratos.
Hay que buscar otras alternativas de ocio y la capital las ofrece a una hora apenas: teatro, cine, museos... y el fin de semana ha dado de sí para todo esto: conocer un teatro como el Lara, antiguo, y viejo, con encanto... y ver allí Auto tan divertida, tan sencilla; El orfanato nos dejó el domingo sin ganas de poner los pies en el suelo, sin aliento a ratos, con frío en la piel y en los huesos por un guión perfectamente hilado, por una luz fría y por un final triste; en la Fundación Juan March los paisajes Del Romanticismo a la abstracción me dieron ganas de pintar, serias ganas de coger un pincel o un lápiz y dejar que la mente se relaje y dispare colores, lineas y formas.
La vuelta a la Mancha es la vuelta a la realidad, a la rutina, al trabajo, a lo nuestro...

viernes, 5 de octubre de 2007

primeras nieblas

Anunciando otras fechas, esta mañana la niebla tamizaba las luces de emergencia de los tractores, las de los intermitentes hacia las fábricas, y las mías que pedían la ayuda de los antinieblas. La humedad de este suelo mojado estos días un poco más por las lluvias primeras del otoño han dejado levantarse las nieblas por la mañana y aliviarán el amibnete seco del verano que ha terminado. Además las nubes ayudan para que el sol no traiga recuerdos.
La semana de trabajo va a ir dando paso al fin de semana de descanso, esta vez tranquilo en casa, sin viajes, fin de semana de sofá, de sobremesa... después de una semana tranquila, como la niebla de esta mañana, como la niebla que vendrá y que tranquilamente busca ya su sitio en periodo de vendimia, adelántandose al calendario.

lunes, 1 de octubre de 2007

pausa en la vendimia

Estos días de vendimia en que las moscas se ponen insoportables lo mejor es salir de aquí en cuanto se puede. Y este fin de semana, además, tenia la oportunidad de salir a conocer otras tierras. Lo peor era viajar hasta allí en mi coche teniendo que salir de aquí a las dos y media del viernes, para pasar por Madrid -con lo que eso supone-, y hacer otros cuatrocientos kilómetros más hasta Pamplona, el destino del fin de semana familiar que me libraba de las moscas por unos días. Llegar a las nueve de la noche, ducharse y salir a tomar un cafe y una copa fue lo poquito que pudimos hacer ese día, pero la alcaldesa nos recibió muy amable a través del móvil aprovechando mi conexión al bluetooth.
Pasear por la ciudad el sábado fue muy agradable por el tiempo que nos hizo allí y por lo tranquila y apacible que es la ciudad, además de poder hacerlo tranquilamente con la familia, sin que mi sobrino gritara, ni pidiera ser llevado a hombros, ni que mi cuñado y mi hermana discutieran demasiado -sólo un poco-, ni que mi hermana quisiera ver tiendas...
Lo malo fue también tener que salir temprano el domingo para volver y poder evitar retenciones en la carretera, aunque pudimos disfrutar de una comida en Lerma haciendo así el recomendado descanso.
La vuelta ha traído la lluvia y también la huída de las moscas, aunque algunas se han refugiado en casa.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

días de moscas

Poco a poco van siendo más y se van dejando ver a los lados de la carretera junto a las furgonetas que los trasladan y los tractores que recogen la cosecha. Estos días se tarda un poquito más en el camino por causa de los desplazamientos de las espuertas a las viñas, aunque cada vez van siendo más los que recogen la uva por la noche para que sufra menos por el calor.
Los pueblos también notan el movimiento del campo y dejan de tener el trasiego normal hasta la hora del regreso a casa; durante el día el pueblo tiene menos actividad, salvo a la salida de los colegios: eso sigue igual, aunque muchos de los estudiantes dejan de serlo o, más bien, retrasan su incorporación a los centros por la vendimia.
Los días tienen un andar cansino en estas fechas, tanto como las moscas de vendimia.

domingo, 23 de septiembre de 2007

vendimiario

Comienza el otoño y trae nuevas tareas y nuevos bríos.
Hace unos días que ya se ven por los viñedos a los hombres y mujeres por espuertas recogiendo la uva. Desde la velocidad del coche por la carretera de camino al trabajo, la lentitud del campo; frente al olor a jabón del recien duchado, el de la tierra y los pámpanos.
Pero el fin de semana me retiro de esta tierra y me escapo al foro a ver teatro, Barroco, en el Centro Cultural de la Villa y me encanta disfrutar de semejante espectáculo con dos actorazos dejándose la piel en el escenario. Y el sábado, noche en blanco en la capital, aunque pasada por agua y con un ligero resfriado que nos retira pronto. Así el domingo pudimos ver el Museo de Artes Decorativas y el Arqueológico.
Y mañana a encontrarme por el camino con los vendimiadores y sus espuertas.

domingo, 16 de septiembre de 2007

ferias

Antes de que comience la vendimia se celebran aquí muchas ferias en honor de santos, cristos y vírgenes varias, como en muchas partes del mundo judeocristiano occidental. Y esto no lo he entendido yo mucho cuando es mejor feriar y feriarse después del trabajo, opinión mía que no tienen porque compartir el resto de manchegos, bestias, hidalgos y caballeros.
La feria es un regalo que se hace el hombre en un momento del año y que aquí me parece que no llega en el momento más adecuado. Estas ferias estarían bien en los sitios en los que se recoge el fruto ya que una vez recogido parece oportuno feriarse algo.
Cuando van llegando las ferias se van haciendo limpiezas en las casas, cosas de mujeres en estas tierras y en muchas otras. Y pocas tareas interrumpen la limpieza general de la casa, si acaso una misa de cabo de año -que siempre aprende uno algo nuevo por aquí- en memoria del finado de hace un año.

jueves, 13 de septiembre de 2007

sin agua

Dos días sin agua corriente en estos lares son un suplicio porque aquí no hay fuentes ni manantiales ni nada que se le parezca como en otras zonas más húmedas o en zonas de sierra. Aquí la única agua que se puede ver es la de las charcas en las que las aves descansan de sus largos viajes en otoño y primavera.
Yo estoy acostumbrado a ver pueblos con fuentes en las calles donde poder coger agua cuando en las casas no lo hay. Hay caños con agua en los que bebe el ganado y aquí ni siquiera hay ganado, seguramente porque no hay caños en los que darles de beber: sólo algún rebaño de ovejas que supongo que beberán en las charcas de los humedales, junto a los pájaros.
Pues eso: dos días sin agua corriente acumulando un olor corporal que no me gusta nada y lavandome casi como los gatos pero con agua mineral porque no había ni una gota de reserva. Y hoy nos engañan con media hora de agua que aproveché para fregar deprisa y corriendo hasta que, sudando, fui a la ducha y me dejaron sin una gota.
Ya veremos cuando podré asearme en condiciones.

martes, 11 de septiembre de 2007

en un lugar de la mancha...

Comienza esta neocrónica en un lugar de la Mancha cuyo nombre conozco perfectamente pero que dejaré de recordar para simpatizar con quien quiera y que pueda ser protagonista del relato en cualquier lugar manchego o cualquier lugar del mundo porque la Mancha lo es como lo son todos y porque aquí está colocada como protagonista también de muchas crónicas muy reconocidas de manchegos universales, y aquí la coloco yo también para que sea de otro modo conocida por hidalgos, caminantes, bestias y caballeros que aquí quieran refugiarse algún día.
La neocrónica sera un paseo por lo cotidiano de las bestias y del fisiologus en esta tierra que es de todos y desde aquí saldremos de paseo donde queramos.
Comienza la neocrónica literalmente a la sombra de una hilera de molinos que peinan el aire sin descanso y generan una energía que se transmite al mundo desde aquí, igual que se retransmitira nuestro paseo hacia todas partes.
Bienvenidos.